El pueblo de Degar-Montagnard habita en las montañas centrales de Vietnam. El total de su población oscila entre 1 y 2 millones de personas. Su historia comenzó 2000 años atrás. En aquella época, el choque entre los grupos vietnamitas y Cham empujó, poco a poco, al pueblo Degar desde la costa hasta las montañas centrales, donde siguen viviendo hasta la actualidad. Históricamente, la cultura de los Degar se desarrolló alrededor de pequeñas villas donde compartían los pocos recursos y el liderazgo estaba definido bajo las órdenes morales expresadas en un sistema educacional y de justicia que respetaba los derechos individuales.
En 1961 Estados Unidos comenzó a reclutar a los Degars para el servicio militar y 40 mil en total cumplieron ese servicio durante la Guerra de Vietnam. Las altas tierras de la zona central fueron uno de los principales campos de batalla de la conflagración bélica. Aproximadamente 85 villas de los Degars quedaron destruidas o fuero abandonadas y más de 200 mil Montagnards murieron, como consecuencia de la guerra.


La forma de vida de los Degars, su lucha histórica por la autonomía y sus alianzas con Francia y Estados Unidos, durante la guerra, provocaron que, en Vietnam, se les llame hoy “moi” o salvajes y sean considerados una amenaza a la seguridad interna del país. Desde la reunificación de Vietnam, el gobierno de Hanói ha cometido constantes abusos contra los derechos humanos del pueblo Degar.
Hasta 1992 ningún extranjero tenía permitido visitar las Montañas Altas del Centro (hogar de los Degar- Montagnards); pero a partir de esa fecha se eliminó la restricción y los turistas ya pueden acceder a parte de esa región; aunque determinadas áreas continúan prohibidas. Organizaciones internacionales independientes, como Human Rights Watch, no han podido entrar a Vietnam para monitorear los derechos humanos.
En febrero de 2001, miles de representantes del pueblo Degar protestaron pacíficamente en tres de las cuatro provincias de las Montañas Altas del Centro. El objetivo de la manifestación era exigir el fin de los abusos sistemáticos a los derechos humanos, especialmente a los derechos sobre el territorio y la libertad religiosa, así como el derecho al autogobierno.
La respuesta del gobierno vietnamita fue desplegar sus fuerzas militares en la región y desde ese momento han interrogado, arrestado, golpeado y torturado todavía más al pueblo Degar. En esa zona impera actualmente la ley marcial y la situación se ha deteriorado tanto que miles de Degars han optado por cruzar la frontera y emigrar hacia Camboya.